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Esta pregunta ha generado cierta polémica últimamente y diversas opiniones saltan a luz en los medios.

Para hablar del valor nutricional primero repasemos lo que significa un huevo con certificado de producción ecológica.

Los huevos ecológicos son aquellos que proceden de gallinas que viven en corrales al aire libre. Para obtener el sello ecológico, la tierra donde se viven las gallinas debe tener certificado ecológico, libre de pesticidas o químicos, las gallinas deben también tener certificado ecológico, y han tenido que ser alimentadas con pienso procedente de agricultura ecológica certificada, aunque al estar al aire libre es completamente normal que coman hierba o insectos.

Reglas para ser un huevo ecológico

  • La producción ecológica requiere que se haga en suelo y no en jaulas ni en espacios elevados sino que debe existir un terreno abierto donde vivan las gallinas.
  • Limita  el empleo de productos químicos sintéticos y fitosanitarios, lo ideal es usar lo mínimo necesario para mantener áreas desinfectadas y solo productos no tóxicos o biológicos. 
  • Se exige un espacio de 4 metros cuadrados por gallina en el terreno al aire libre fuera de la nave. Esto arroja una población límite de 2.500 gallinas por hectárea, lo que limita bastante el rendimiento de la explotación, si bien redunda en una mayor calidad de vida de las gallinas. Es decir, no es que cada gallina tenga sólo cuatro metros cuadrados para poder moverse sino que la cifra hace referencia a la densidad poblacional. Esta es una de las razones de que los huevos ecológicos sean más caros, pues se obtiene menos rentabilidad por metro cuadrado.
  • Dentro de las naves, la densidad máxima no puede superar las seis gallinas por metro cuadrado, de nuevo limitando la rentabilidad pero asegurando el bienestar.
  • El alimento de las aves deben ser materias primas naturales que procedan de la agricultura ecológica, libre de transgénicos, aunque pueden haber tenido algún tipo de tratamiento, siempre por sistemas sostenibles.
  • Las aves tienen que tener ocho horas de oscuridad ininterrumpida, ya sea dentro de la nave o  en el espacio en el que vivan.
  • El acceso desde la nave donde se refugian y pasen la noche, a la zona de tierra p campo debe ser libre,  que les permita desarrollar su actividad natural.
  • La granja ecológica debe situarse lejos de las grandes ciudades o a una distancia considerable. Tanto como para asegurarse de que el aire sea puro.
  • Todas las gallinas que formen parte de la granja ecológica, deben provenir a su vez de madres que habitaron en las mismas condiciones.

La información que tenemos en España sobre el valor nutricional de los dos huevos es muy similar,  la diferencia está en que ese análisis no mide los niveles de pesticidas y antibióticos que pudiera estar presentes en el huevo.

De ser así, el huevo de jaula arrojará restos de pesticidas provenientes del pienso que comen y de antibióticos provenientes de los tratamientos veterinarios que reciben.

Las yemas del huevo de jaula suele tener un color amarillo-naranja más intenso ya que su pienso contiene colorantes.

El color más suave de la yema del huevo ecológico es el resultado de que las gallinas toman sol y picotean piedritas y minerales del suelo que complementa su nutrición, sin necesidad de agregar ningún colorante a su pienso.

La diferencia entre uno y otro aparentemente está en la salud del consumidor y el bienestar animal, no en el valor nutricional.

Sin embargo, en un proyecto de pruebas de huevos, Mother Earth News hace unos años, comparó la Tabla de Nutrientes del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) de los huevos de gallinas de jaula o comerciales con los huevos de gallinas criadas con pastura y encontró que el último contiene típicamente:

  • 1/3 menos de colesterol
  • ¼ menos de grasa saturada
  • 2/3 veces más vitamina A
  • 2 veces más ácidos grasos de omega-3
  • 3 veces más vitamina E
  • 7 veces más beta-caroteno

Lo que podemos garantizar es que no hay comparación con la calidad, sabor, textura y frescura de nuestros huevos ecológicos producidos bajo parámetros y cuidados conscientes y respetuosos con el medio ambiente.

“No hay que le gane a una tortilla de patatas hecha con huevos ecológicos” Dice mi madre.

Somos lo que comemos y por eso es tan importante saber de dónde y cómo se producen los alimentos que ingerimos.

Mientras mejor viven las gallinas que nos aportan sus huevos para nuestro consumo mejor será la calidad y nutrición de éste. 

En Ecogranja La Pradera las importantes son ellas, las gallinas. Unos seres maravillosos que merecen lo mejor porque ellas nos dan lo mejor que tienen.

Recordando que no somos los dueños del planeta tierra, solo somos parte, somos uno más, debemos tratar a todo ser viviente con conciencia, amor  y responsabilidad.

¿Te gustaría vivir una experiencia Eco-granjera con tu familia? Escribenos a info@ecogranjalapradera.com y vive con nosotros la experiencia de ser un granjero responsable con el medio ambiente por un día en nuestra granja. 

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